
Este libro trata sobre la vida de Andrés, el último habitante de un pueblo situado cerca de los Pirineos. La vida de Andrés es narrada por él mismo desde una perspectiva poco habitual, ya que es relatada desde su cuerpo inerte, sin vida, esperando que un día le encuentre algún excursionista u otra persona de uno de los pueblos que estaban cerca de Ainelle.
En mi opinión y desde mi gusto literario, es un libro aburrido. Una vez leída una página, parece que te has leído todas las restantes. Las descripciones y los sucesos narrados se hacen muy repetitivos, por lo cual solo recomiendo este libro a quienes le gusten las lecturas de reflexión.
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